Emprendiendo con un propósito

Por Esmeralda Velázquez, Jefe de Operaciones Laguna de Contacto Global
Probablemente leíste el título del artículo y llamó tu atención porque lo relacionaste con algún proyecto de impacto social.
Comencemos por definir “propósito”: se trata de la intención de hacer algo, un objetivo, una meta y una finalidad. Es común que cuando comenzamos el viaje del emprendimiento, dejemos de lado esta palabra. Algunas veces tenemos incluso el nombre de nuestro proyecto o un logotipo visualizado antes de siquiera preguntarnos: ¿Cuál es el propósito de mi negocio?
Según el programa de emprendimiento de la Casa de Hielo: 8 lecciones de vida de un empresario improbable, inspirado en la historia de vida del nominado al Pulitzer Clifton Taulbert; el primer paso es: “Comienza con un ¿Por qué?”
¿Por qué quiero abrir un negocio? Y aún mejor… ¿Cuál es la meta de mi negocio?
Una vez que tengamos definido el “por qué”; el “qué” y el “cómo” van a llegar por añadidura. Por ejemplo, para Julián Rios, el primer mexicano en ganar el premio al mejor estudiante emprendedor del mundo, su “Por qué” está basado en la enfermedad de cáncer de mama que tuvo su madre, que lo llevó a crear una alternativa para hacer un diagnóstico oportuno.
Nuestro “¿Por qué?” Es nuestro propósito o causa, es por eso que nos levantamos de la cama por la mañana, es lo que inspira lo que hacemos. En mi empresa nos dedicamos a crear experiencias internacionales a jóvenes, y cada vez que un estudiante me manda una foto desde otro país pienso: Ahí está mi por qué.
¿Cómo lograrlo? Haz un ejercicio de reflexión: cierra los ojos, imagínate logrando tu propósito e incluso siéntelo tangible.
Enhamed Enhamed, el nadador español ciego comenta que antes de la competición final contra la delegación China en los juegos olímpicos de Pekin 2008, aprovechaba cada oportunidad que tenía para visualizar la prueba. Y visualizó cada detalle… tanto que minutos antes le preguntó un amigo “Tío, ¿no estás nervioso? …Hay 17.000 espectadores y van a animar al chino”. Enhamed respondió: “Mira, tío, ni les veo ni les entiendo. Así que voy a imaginar que son españoles que han venido a verme”.
Si estas por comenzar a emprender, no quiero desanimarte… ¡Al contrario! Pero quiero serte sincera en decirte que no todos los días son buenos. No te voy a negar que hay días que dudas o que tienes un momento pesado; sin embargo, en esos momentos lo que te levanta no es el “cómo” ni el “qué”; sino el “por qué”.
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